Los padres entran en una clasificación muy marcada: están los padres jóvenes que compran los juguetes o artículos para jugar ellos también, y los padres que solamente compran lo necesario para el niño, o los padres que trabajan muchas horas, las que no pueden dedicarles tiempo a los hijos y compran muchos juguetes como para aliviar el sentimiento de culpa que les produce el no pasar suficiente tiempo con ellos, hoy en día es el tipo de padres que se ve con más frecuencia, afirman los psicólogos que estudian los comportamientos de mercado infantil. Hoy en día, los niños en general, como blanco publicitario están en la mira de todo tipo de compañías y los comerciales y campañas de mercadeo promueven a través de ellos artículos para adultos como autos, tiendas, restaurantes, bancos y hasta tarjetas de crédito. Las agencias de publicidad infantil aseguran que los estereotipos de género pueden inclusive ser mucho más marcados en los programas infantiles de televisión, y revistas.
En efecto los anuncios dirigidos a los niños tienen mucho mayor nivel de acción, mientras que para las niñas, tienen además de menos acción, menos cambio y más desvanecidos. Basta con solamente mirar a televisión en las épocas en la que la publicidad infantil, se hace sentir de verdad, en las vísperas de la navidad o para el día del niño, en las que los anuncios se agudizan, un aluvión de publicidad de juguetes, juegos, y artículos para niños. Pero es importante destacar que el noventa por ciento de la publicidad infantil, se somete al veredicto de las asociaciones para la regulación y comunicación comercial. Los publicistas ponen cada vez más los ojos sobre los niños, por eso los estudios sostienen que alrededor de la mitad de las compras tienen su orígen en los anuncios que han sido procesados por los niños. Por eso, muchas veces se utiliza niños para intentar vender productos de todo tipo. Para los publicistas los niños son consumidores en evolución, los consumidores del mañana, un mercado gigantesco capaz de ejercer un considerable poder de persuasión sobre sus propios padres. Para la publicidad infantil, la televisión, es el gran aliado, los anunciantes tienen un público infantil se podría decir cautivo, en los programas y canales especialmente dedicado a este publico, preparados para ellos, durante las veinticuatro horas del día, y a eso tendremos que sumarle el período de vacaciones, en la que los niños, pasan más horas mirando televisión y comprando revistas de entretenimiento.