Más allá de esta practicidad en los productos, también es importante, en el caso de productos perecederos enlatados y envasados, que el envase sea seguro y cumpla con todas las normas de higiene. En esto, en las normas de seguridad en el producto, se hace mucho hincapié en los comerciales de marketing agroalimentario, como dijimos anteriormente. A la hora de diseñar un nuevo producto comestible, el marketing alimentario cumple una función realmente importante debido a que ayuda a su difusión. Pero, a su vez también cumple una función antes de esto. Por lo general antes de desarrollar un producto se llegan a cabo análisis a nivel poblacional para estimar los niveles de consumo y el tipo de consumo de una población particular. De esta forma podremos ver si el producto que estamos desarrollando es necesario yo resulta prescindible. También las pautas social y culturales de consumo de una sociedad nos pueden indicar si el producto que queremos presentar resultará atractivo.
Muchas veces se hacen pruebas piloto con un lanzamiento de muestras de diferentes productos a una población restringida de manera de ver si esta los compraría. También ocurre que las marcas al lanzar un nuevo producto comestibles comienzan probándolo con puestos de degustación en los supermercados. Esta es una de las características del marketing agroalimentario donde el cliente tiene la posibilidad de familiarizarse con el producto sin necesidad de comprarlo. Por lo general además de la degustación de esta forma se nos brinda un folleto con información acerca del mismo, de manera de poder informarnos. En estos puestos además se nos pregunta qué nos parece el producto y a veces existen pequeñas encuestas que podemos llenar con sugerencias. Este tipo de marketing alimentario, como toda oferta gratis, mueve el interés del público hacia el producto y hace que la familia se detenga aunque sea un minuto en la góndola. En el caso de los productos comestibles para chicos una estrategia de marketing alimentario muchas veces aplicada son las sorpresas en el producto: stickers, un muñeco de regalo, etc. Todo dependiendo del tamaño producto. Esto lógicamente incentiva la compra de los más chicos, los cuales muchas veces no se encuentran interesados en el comestible pero sí en la sorpresa. Aquí sus demandas finalmente hacen ceder a los padres a los cuales les resulta muy difícil negarse al pedido de sus hijos. En este punto es donde el marketing agroalimentario triunfa.
