Un aspecto fundamental antes de lanzar una campaña directamente al mercado, será poder hacer una prueba con un grupo reducido y representativo de la población objetiva. Uno de los datos más relevantes que tendremos que obtener de aquí será si el usuario siente que la estrategia de marketing es suficiente para convencerlo de cambiar su actitud? ¿Están los beneficios del cambio en la actitud bien planteados? Es importante que el usuario se sienta afectado por la publicidad y el marketing, y que realmente pueda entender los beneficios de cambiar de postura respecto a alguna situación social. En el caso de las campañas publicitarias de empresas con marketing social, por lo general éstas trabajan promoviendo el doble beneficio que la adopción de la actitud propuesta por la campaña tiene. Por un lado tendremos un beneficio individual.
Este es el beneficio directo que recibe el sujeto al cambiar su actitud. Si ponemos el ejemplo de dejar de fumar en este caso podríamos decir que adoptar esta actitud le dará un mejor nivel de vida a la persona y bajará sus riesgos de padecer enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco. Por otro lado aquí estará el beneficio a nivel social, que es la ventaja que la sociedad obtiene del cambio que esta persona realizó. Lógicamente para que el beneficio social realmente se pueda notar no tendrá que ser una sola persona, sino muchas más las que adopten este cambio. En el caso del consumo de cigarrillo, si muchas personas deciden dejar este hábito probablemente podremos garantizar un ambiente más respirable en la vía pública y en interiores. Por lo general los fumadores pasivos tienen que tolerar un ambiente nocivo de cigarrillo, haciéndose un daño a su salud de manera pasiva. Por eso el cambio en esta actitud con respecto al consumo de cigarrillo tiene un beneficio a nivel social y no solo individual. Hoy en día para poder garantizar la efectividad de sus estrategias, muchas empresas con marketing social recurren a la publicidad emocional.