Es verdad que tantos los animales como los seres humanos nos distinguimos del resto de los seres (tanto vivos como inertes) por nuestra forma de comunicarnos; pero también es cierto que Dios le ha dado al ser humano esa capacidad casi ilimitada de expresarse; cuando definimos el término “comunicación” la mayoría de los individuos sólo se imagina a dos o más personas dialogando tranquilamente, intercambiando ideas y sentimientos de manera oral. La idea no es errónea pero sí incompleta, no existe un solo tipo de comunicación mediante la cual expresamos sentimientos, pensamientos y emociones; dentro de estas alternativas contamos con la comunicación oral, gestual, corporal, escrita, eficaz, simple, etc. Los procesos comunicativos para que sean eficaces deben adaptarse al contexto en donde los estamos practicando y también al tipo de persona, en especial si no referimos a la comunicación oral. Este tipo de comunicación se caracteriza por tener un único código (el idioma) y por utilizar un canal de transmisión que pocos nombran, el aire; la comunicación oral es la más antigua, se da entre dos o más personas. Decimos que es la más antigua de todas por el simple hecho de que al no existir imprenta, la noticias o los comunicados eran “cantados” por lo juglares, por ende lo único que se utilizaba aquí eran la cuerdas vocales y el aire para transmitir los mensajes.
La comunicación oral, como cualquier tipo de comunicación se destaca por un simple motivo, mantiene contactados a los seres humanos, si comprendemos a la perfección el mecanismo que se utiliza en la misma, nos daremos cuenta, a su vez, por que ejercer correctamente el idioma es tan importante. El lenguaje nos sirve para construir nuestras ideas, para hacer volar nuestra imaginación y para contactarnos con los demás, la comunicación oral fue la primera y hasta un largo tiempo la única, a medida que los años transcurrieron el hombre se dio cuenta que esta forma de contacto podía modificarse con el objetivo de alcanzar a una mayor cantidad de personas, es así como luego nace la comunicación escrita. Aunque nos parezca gracioso, la comunicación oral hace mucho tiempo consistía sólo en gritos y gestos, luego creció para convertirse en un medio rico y hasta complejo; debemos reconocer que la capacidad de transmitir información o el conocimiento adquirido por vía oral resultó un aspecto decisivo para la creación de lo que conocemos hoy como “cultura”. La comunicación oral nos ha dejado un legado incalculable de valores, normas, hábitos y técnicas que los seres humanos desempeñamos cotidianamente.