Si nos preguntamos si la publicidad graciosa sirve, la respuesta será obviamente que sí, pero el humor debe ser inteligente, con una chispa de creatividad, de lo contrario, no se sabrá que es lo que se quiso decir. La publicidad graciosa provoca estímulos muy interesantes, en casi todos los individuos, y desde luego que influye de una manera positiva frente al producto que se está publicitando. Pero muchas veces se cae en el error de que si el chiste o la situación son demasiado graciosos se pierde un poco el objetivo de la publicidad y nos olvidamos del producto que es el centro de la misma. Hoy se apela a la publicidad graciosa para varios de los productos de consumo, desde una tarjeta de crédito hasta para beber una cerveza, pasando por una marca de celulares. Influyen en la intención de la compra, y en el reconocimiento de la marca. La incongruencia y el humor hostil generan reconocimiento y actitudes positivas hacia el anuncio y a la marca.
Las alusiones tienen mayores efectos en la intención de compra que los otros comerciales. Desde luego que debemos considerar este género como un factor imprescindible en el diseño publicitario ya que es un foco de captación de atención de los clientes, que abren su mente con las nuevas propuestas humorísticas dejando de lado la parte comercial y dejándose llevar por sus emociones. La publicidad graciosa, es una herramienta fundamental, y se ha usado desde hace muchas décadas, sin embargo el estudio y el análisis de la publicidad graciosa solo se ha hecho desde hace veinte años atrás. La gracia, el chiste, el humor es un proceso que genera una reacción parecida en todas las culturas y que ha estado presente a lo largo de la historia, y puede considerarse como un fenómeno universal. Todas las investigaciones que se han hecho con respecto a la publicidad graciosa, lo han hecho de una manera transcultural, e indican que el humor es empleado de diferentes maneras, dependiendo de la cultura en la que se encuentre.
El humor es un arma muy poderosa, eso a nadie le caben dudas, y que lo podemos utilizar de una forma equilibrada y para el uso del marketing, no de forma engañosa. Es realmente una vía muy rápida para recordar tanto el producto ofrecido, como la marca, dado el alto nivel de comentarios que puede generar una publicidad graciosa, entre la gente común, por la simpatía que esta provoca, y se ha comprobado que genera un estado de bienestar en el momento que podemos ver la historia.