Un punto importante que tenemos que considerar es que no se puede pasar tan rápido del punto de fabricación de stands al amoblamiento de los mismos y la colocación en una feria. Tendremos que respetar los diferentes tiempos que conlleva el proceso. Por ejemplo, una vez que el stand es pintado necesitamos un tiempo prudencial en el cual las diferentes capas de pintura irán secando, no lo podremos amoblar de manera tan rápida, sin embargo si decidimos los colores que queremos para las paredes en una etapa temprana del proceso de fabricación de stands esto nos dará la posibilidad de empezar a buscar mobiliario en conjunción con estos colores. Si vamos a mandar a fabricar un stand para un evento determinado de manera personalizada, un punto importante será ver cuánto lugar se nos ha designado en dicho evento.
La cantidad de lugar lógicamente determinará nuestras posibilidades. Muchas veces a algunas empresas relativamente pequeñas se les asignan lugares incómodos, como esquinas. Sin embargo aquí la creatividad residirá en la fabricación de stands que aprovechen todos los recovecos de lugar disponibles y que maximicen el espacio para favorecer la circulación de gente a través del stand. Muchas veces cuando el lugar donde el stand se encuentra no es muy favorecedor necesitamos un gran personal, que puede mostrarse amable y servicial con los clientes a fin de compensar por la ubicación del stand. La idea es que aunque este se encuentre en una zona no visible dentro de la exposición el cliente encuentre algún material que le interese por lo cual quedarse a recorrerlo, y esto muchas veces es estimulado con un personal de buen ánimo.
Por último, algo a recalcar cuando hablamos de la fabricación de stands según sus usos es que el presupuesto para el proyecto debe quedar en claro punto por punto entre la empresa y el cliente antes de comenzar con la construcción del mismo. Si durante el proceso el cliente quiere realizar alguna modificación entonces esto se incorporará al presupuesto, sin embargo es importante que las cuentas estén claras desde un principio a la hora de hacer negocios. El cliente debe poder calcular cuánto va a gastar sin que luego aparezcan modificaciones o aumentos sorpresivos a su presupuesto.