Para poder hablar de la publicidad masiva, tenemos que tener en claro para que sirve la publicidad. La publicidad, es parte muy importante en una empresa, ya que esta da a conocer, a la razón social, y además le permite al cliente conocer por su parte a cerca de los beneficios que esta misma trae mediante sus productos o servicios. Existen dos tipos de publicidades, que son la publicidad directa la que se da de voz a voz, y la publicidad masiva que es la publicidad que se genera en los medios masivos de comunicación, como lo son la televisión, la radio, la prensa en general e Internet. Si tenemos que ejemplificar la publicidad directa lo haremos de la manera más gráfica que podamos: supongamos que vimos un comercial de un jabón en polvo que se está lanzando no hace mucho en la televisión, y nos deja ese sabor de la duda si será o no bueno para la ropa, o si el precio que tenemos que pagar por el realmente lo justifica o dudas por el estilo.
Pero a los pocos días una amiga nos dice que lo está usando y que le parece que es el mejor jabón en polvo que conoció, y que la ropa queda bárbara, entonces ahora tenemos las dudas despejadas y como el testimonio y la experiencia de nuestra amiga es vivencial, obviamente lo que nos va a motivar más para la compra del jabón en polvo en cuestión, es el testimonio de nuestra amiga, es decir allí se produce la publicidad directa. Para poder entender la publicidad masiva tendremos que remitirnos a su evolución a través del tiempo.
En los años recientes, las compañías buscaron nuevas y creativas formas de alcanzar, a menor costo, una audiencia masiva. Las que continúan empleando viejas estrategias, deberían considerar los beneficios del pensamiento innovador en términos de ventas desarrollo de marca y retorno sobre inversión en publicidad. Una de las estrategias de la publicidad masiva es por ejemplo, cuando vamos manejando por las autopistas y vemos los carteles de publicidad o las vallas que hay en los locales de ventas de productos, que los podemos ver si el tránsito se atascó, pero en reglas generales, estamos absortos en nuestros pensamientos y ocupados en el tránsito, y en conducir, entonces es difícil que las tengamos en cuenta en forma continua.